“Palacino, el expresidente de Saludcoop, es inocente”: Alberto Donadio

“Palacino, el expresidente de Saludcoop, es inocente”: Alberto Donadio

24 de julio de 2023 I Por: Pablo Correa I En El Espectador

Cuando un periodista con la trayectoria y reconocimiento de Alberto Donadio levanta la mano para decir que algo no es como se ha dicho, más vale la pena saber escuchar. Una larga investigación lo ha llevado a afirmar que Carlos Palacino, expresidente de Saludcoop, es inocente de los señalamientos que se hicieron hace más de 10 años. Entrevista.

La editorial Sílaba acaba de publicar un libro con un título que a cualquier colombiano le podría parecer un chiste: “Palacino es inocente”. El nombre de Carlos Palacino, expresidente de Saludcoop, en su momento la EPS más grande del país, ha sido hasta ahora el sinónimo perfecto de la corrupción en Colombia y, especialmente, en el sector salud. Pero en la misma portada del libro hay un detalle ante el que es mejor ir con precaución antes de reírse: está firmado por Alberto Donadio, uno de los periodistas más respetados de Colombia.

Alberto Donadio, junto a Gerardo Reyes y Daniel Samper Pizano, fue fundador de la legendaria Unidad Investigativa de El Tiempo que a finales de los años setenta y a lo largo de los ochentas destapó numerosos escándalos de corrupción en Colombia. En 2018 le fue concedido el Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra de un Periodista. El jurado del premio dijo en aquella ocasión “si ponemos en términos del mercado bursátil el valor del personaje que esta noche premiamos, diremos que sus acciones han sido de las más fuertes en el mercado periodístico desde que comenzó su carrera, a comienzos de los setenta, porque están respaldadas por el activo de la independencia, tan escaso hoy, que renta credibilidad con creces”.

En 2012, cuando se produjo la quiebra de Interbolsa, desde un blog creado en El Espectador, Donadio investigó lo que ocurría, como nadie más lo hizo, para defender y mantener informados a los miles de ciudadanos que fueron timados. Más de 20 libros publicados como periodista independiente dan cuenta de su disciplina y dedicación. No es tampoco la primera vez que Donadio decide ir en contra de verdades que todos los demás dan por sentado. En el libro Los farsantes. Banco Andino: el fraude que nunca existió, narró detalles de cómo durante el gobierno de Andrés Pastrana se acusó al Banco Popular del Ecuador y a Nicolás Landes, su presidente y principal accionista con falsos argumentos.

A pesar de la gravedad de lo que Donadio cuenta en este libro y de la relevancia que tuvo el caso Saludcoop hace poco más de una década, no ha recibido la atención que merece. Como si muchos de sus protagonistas prefirieran dejar esto bajo la alfombra del pasado cuando justamente lo que se requiere es una revisión a profundidad para entender qué fue lo que ocurrió. 

En esta entrevista Donadio cuenta cómo nació la investigación y sus principales conclusiones.

En su última investigación, convertida en libro, usted describe el caso de Saludcoop como una epopeya de la desinformación. ¿Por qué?

Porque todo lo que se ha publicado no está probado. Nada es cierto. Nada está sustentado. Y evidentemente es difícil aceptar que haya habido una gigantesca desinformación pero eso es lo que ha sucedido. Cuando uno va a mirar las publicaciones que se han hecho y lo que salió en televisión, todo esa información no tiene sustento o está abiertamente equivocada.

¿Cómo y cuándo exactamente nace la idea de esta investigación?

Yo publiqué el libro sobre Interbolsa en el 2013. Interbolsa se quebró un viernes. En noviembre del 2012. Yo no sabía nada de Interbolsa y ese día empezaron a llamarme periodistas de todas partes a preguntar qué sabía yo de Interbolsa, por qué se había quebrado. Me llamaban personas que tenían plata invertida porque obviamente desde que se cierra una entidad financiera pues los clientes no tienen ya más contacto con los asesores comerciales, con nadie. Yo no sé cómo en cuestión de 24 horas recibí aquí en Bucaramanga tantas llamadas, estando yo hace muchos años alejado de Bogotá y de cosas financieras. Era tanta la llamadera que le mandé un un email a Fidel Cano contándole y le dije: abramos un blog. Entonces empezamos el blog de Interbolsa. Y eso fue durante los primeros meses una locura. 

Entonces a raíz de eso, ya en abril del año siguiente, 2013, publiqué un libro. Y después seguí ocupándome del caso por mucho tiempo. Cuando bajó un poco esa presión, en el 2015, me puse a pensar qué libro puedo hacer sobre un gran escándalo. Y pues pensé en Saludcoop creyendo que efectivamente se habían robado la plata de la salud. ¿Por qué iba a dudar de eso? Salió en todos los medios desde el 2011. Ese año un hermano mío, que vive en Italia, me invitó a visitarlo. Ese viaje coincidió con que Sandra Morelli (ex Contralora General) se había ido del país porque la iban a poner presa. Entonces le escribí a ella para que me contara cosas de salud, para empezar a tantear la idea del libro. Yo fui a verla en Roma y hablamos de todo. Pero cuando yo le preguntaba, bueno cómo empezó esto, quiénes intervinieron, no hablaba del caso, no era específica en nada, cosa que me pareció muy rara.

¿Cuál es el detalle o el momento que lo hace comenzar a dudar de la versión que hasta ahora conocíamos de Saludcoop?

No había ningún documento oficial que investigara el desvío de fondos para canchas de golf, que era una cosa pública que escuchó todo el mundo. Empecé a hablar con otras personas de salud y me decían: aquí no hay nada. Yo les decía pero cómo que no hay nada. Aquí no hay nada. Aquí no hubo ilícitos. La EPS no se la robó nadie. Palacino no se robó plata. Entonces fue un proceso que me tomó mucho tiempo. Luego llego al punto donde ya vi que Daniel Coronell, que era la persona que había escrito las primeras columnas antes de la intervención, no mostraba las pruebas. El año pasado, en marzo yo le mandé a Coronell una lista de todo lo que él había escrito con fechas y extractos. Y yo lo que esperaba es lo mismo que me ha pasado con otros colegas y es que uno les dice, oiga usted me puede pasar ese archivo… O esos papeles… O lo que usted tenga. Y la respuesta de Coronell fue que las columnas se defienden solas.

Además de la columna de Coronell, donde plantea conflictos de interes en la construcción del condominio Villa Valeria, ¿cuáles son los otros señalamientos contra Saludcoop que provocan toda esta situación?*

Hay una rueda de prensa en la que Juan Manuel Santos anuncia que el gobierno va a trabajar contra la corrupción y que va a empezar por la salud. En esa rueda de prensa hay un montaje. Detienen a una funcionaria que tenía 20 millones de pesos escondidos debajo del colchón. Y hablan de billones de pesos. Ese fue el mecanismo para ambientar la intervención de Saludcoop. Pero la intervención no es por Villa Valeria. Ahí se empiezan a mezclar otras cosas, por ejemplo, la adquisición de un colegio, inversiones en lavanderías, en fábricas de ropa hospitalaria, entre otras, pero la única acusación que se hizo en la intervención fue que hubo ocho mil cheques, que se maquilló la contabilidad. 

¿Doce años después qué se ha podido comprobar de todo eso?

No ha aparecido ninguna prueba de desvío de dinero de Saludcoop para Villa Valeria. Palacino y su señora constituyen una sociedad en la que luego hay inversionistas particulares que compran suites hoteleras, pero no hay ningún documento, en ninguna investigación de las que hizo la Contraloría o Supersalud, que pruebe esto. Y por eso el año pasado, cuando le pedí por derecho de petición las pruebas a la entonces ministra de Salud Carolina Corcho, el abogado de la liquidación, en papel membreteado de Supersalud, responde que se analizaron veinte años de la contabilidad y no hubo inversiones en golf. ¿Cómo se hace una inversión tan grande? ¿Cómo se sacó el dinero? Eso no lo aportó Coronell en su momento, ni lo aportó más tarde. No lo investigó. Esto no lo digo yo, lo dicen las autoridades a las cuales por derecho de petición les he pedido esa información.

¿Sobre la aparición de los 8.013 cheques retenidos a los proveedores por parte de Saludcoop, qué se sabe una década después?

La Procuraduría inhabilitó a Palacino para ejercer cargos públicos por 18 años por esos cheques. Y de eso se abre un proceso penal que no ha fallado. La delegada de la Procuraduría ante el proceso penal pidió la absolución de Palacino diciendo que no hay ninguna responsabilidad penal de él porque se demostró que Saludcoop había contratado una firma externa para encargarse de las cuentas, del giro de cheques. Además, hay que entender que Saludcoop giraba cerca de 350.000 cheques mensuales. Eran más de 11.000 cheques diarios. No hay ninguna responsabilidad penal de él porque no se puede decir que él tuviera dentro de sus funciones ordenar o girar cheques. La entidad giraba más de 4 millones de cheques al año. Estos 8.013 cheques son el 0.2% del total. Esos cheques efectivamente estaban ahí girados y no se le habían entregado a las clínicas porque el mismo Ministerio de Salud a su vez se había demorado en pagar los recobros a Saludcoop. O sea, la falla del Estado se le imputa luego al particular que incurre en una falla real de entregar unos cheques. 

¿Además de Villa Valeria, los cheques, el colegio y los elementos ya mencionados existe algún otro elemento acusatorio?

En la resolución de intervención hay unas cosas menores como que no se presentaron unos informes a tiempo pero no hay nada de fondo. Lo de fondo que lleva a intervenir son los cheques porque se dice que eso podía poner en peligro la prestación del servicio. Pero el exsuperintendente Conrado Adolfo Gómez en ese mismo proceso penal donde le cuento que la Procuraduría pide la absolución, el año pasado, lo llamaron y bajo juramento le preguntaron: ¿Diga si o no si estuvo en peligro la prestación del servicio? Él dice que no. Cuando se va a terminar la audiencia él pide la palabra y dice quiero aclarar categóricamente que nunca estuvo en riesgo la prestación del servicio. Él ahora está reconociendo que eso era mentira.

Leyendo su libro uno llega a este punto en el que la discusión se concentra justamente en qué se podía y qué no se podía hacer con los recursos de la salud.

Las EPS, por ley, tenían derecho a una utilidad que podía provenir de dos fuentes. Una directamente de la prestación de servicios de salud y por otro lado un 10% derivado de gastos de administración. Si ellos lograban economías en ambos rubros pues tenían derecho a esa utilidad. Si, por ejemplo, la Contralora en su momento quería objetar la compra de una clínica en Pamplona entonces no podía decir que eso era desviación porque se aprobó en la junta directiva. Había que revisar si al momento de la compra había en la contabilidad utilidades o no había. El senador Jorge Enrique Robledo, que también fue muy crítico, dijo en algún momento que las empresas con sus utilidades podían hasta para comprar un burdel en Nueva York. 

Para los periodistas no era fácil enfrentarse a investigar un monstruo como Saludcoop. Entender un caso de corrupción complejo exige análisis de contabilidad forense muy robustos. La única forma real, creo yo, de ver esa corrupción es lograr entrar con peritos de muy alta calidad a una revisión de esas cuentas. ¿Existe hoy alguna investigación contable confiable de lo que ocurrió en esa época? ¿O estamos en un escenario en el que tampoco sabemos bien qué pasó?

Cuando Palacino sale de Saludcoop el control lo tiene el gobierno que nombra primero uno, después dos, después tres, después cuatro interventores. La entidad que vigilaba a Saludcoop es la Supersalud. Después de mayo del 2011, ellos tenían la facultad legal de replantear los estados financieros. Es decir, que si los habían engañado, si se había dado una desviación de recursos por valor de $1.4 billones de pesos, debían verlo. No lo hicieron. Nunca. Tenían la facultad de decir aquí hubo no sólo las violaciones que descubrió la Contralora sino otras que ellos hubieran podido descubrir. Pero no hubo. O sea que la parte contable que es, como usted dice, la parte clave, la podía hacer el gobierno. No la hicieron. ¿Por qué? Porque no había fundamento. Por eso es que ponen a una persona que no es la que vigila a Saludcoop a montar esta campaña para intervenir, que es la Contralora. Ella tiene una jurisdicción, pero secundaria o terciaria en este caso.

En su libro menciona un peritazgo que hacen posteriormente unas contadoras de la Supersalud. ¿Ese es el peritazgo contable más serio que hay?

Pues es el más serio porque la entidad que vigila es esa. Ellas son contadoras expertas en contabilidad de EPS. Usted no puede llevar a un contador cualquiera porque eso tiene una legislación propia. Pero ellas se refieren solo a los años 2000 a 2004 porque la imputación penal que le hicieron a Palacino es solo de esos cinco años. Pero la Supersalud tenía la facultad a partir del 2011 de examinar todos los años hacia atrás. No lo hicieron. ¿Qué quiere decir? Ellos no tenían en la Supersalud nada de lo que luego se inventó Sandra Morelli. Además, si lo hubieran tenido y ellos no hubieran actuado contra Saludcoop, que venía reiteradamente según Sandra Morelli, desde el 98, incurriendo en desviación de recursos de la salud, la culpa sería de todos los superintendentes y ministros de salud del 98 hasta el 2010 pues se les pasó la entidad más grande que estaban vigilando. ¿Todos entonces fueron cómplices o sobornados o cerraron el ojo?

Quiero preguntarle por algunos otros nombres que menciona en el libro y que brevemente me diga qué rol jugaron en todo este enredo. Comencemos con Jorge Enrique Robledo.

Él hizo muchos debates y participó en muchos debates. Fue muy enérgico en condenar a Saludcoop y a Palacino en términos burlones y en términos sarcásticos, pero no hizo su propia investigación. Él simplemente aplaudió la investigación de la Contralora. Él también se equivocó, pero sí tiene la razón en que Saludcoop tenía derecho a una utilidad. Además se equivocó en lo del sueldo de $90 millones que recibía Palacino. A uno le puede parecer mucho, pero esa era una entidad privada y una entidad privada le paga lo que quiera a sus empleados.

Hay un personaje muy llamativo en toda esta historia, sobre todo por cómo se han desarrollado los hechos. Es Ulahy Beltrán. Usted ya lo mencionó como funcionario de la Contralora en ese momento, pero hoy está al frente de la Supersalud. ¿Cuál es para usted el rol que jugó en esto él?

Él fue contratado por Sandra Morelli como asesor de la Contraloría, fue el cerebro porque él es la persona que desde el sindicalismo hospitalario viene con esa campaña en contra de las EPS para acabarlas y que se vuelva al sistema de los hospitales públicos. Él tiene una filosofía que es la misma de Carolina Corcho, que el Estado debe ocuparse de la salud y no pueden dejar que participen los particulares.

¿Quién era el MinSalud en el momento de la intervención?

El ministro era Mauricio Santa María. A él es el que le toca la primera intervención. Él es el responsable de esa decisión. O por lo menos, debió ser el puente entre el Presidente Santos y el Supersalud, porque el Supersalud no interviene si no hay una autorización del Presidente y del ministro. Un año después él sale y entra Alejandro Gaviria que está seis años como ministro. Es al que le tocan realmente todos los problemas y todo el desastre posterior. 

¿Cómo juzga usted el manejo que se da con la intervención? ¿Debía regresar a los dueños? ¿O era inviable?

Debía regresar a los dueños porque si la falta más importante eran unos cheques, entonces había que corregir eso y luego devolverla a los dueños. Es que eso era una empresa privada. No lo hicieron porque había un propósito que no está en la resolución que era quebrar a Palacino. Y lo que Palacino ha explicado en otras ocasiones es que Fabio Echeverría Correa fue la persona que como vocero de las clínicas privadas empezó esta campaña desde el primer gobierno de Uribe. Y con Santos, esto también es una cosa que no se puede probar, pero la amistad de los Santos con la Fundación Santa Fe, querían destruir a ese competidor. De esto no hay pruebas. De esto solo está la afirmación de Palacino. De esas conspiraciones nunca se sabe quién hizo qué. Pero evidentemente Palacino pisó muchos callos y les afectó los negocios. Lo que querían las clínicas privadas era que las EPS les enviaran los pacientes. Resultó que Palacino y Saludcoop encontraron que si atendían en las propias clínicas, el costo de un paciente les salía más barato. Esta es la interpretación de Palacino.

¿Qué condenas hay contra Palacino? ¿Cuántos casos jurídicos hay abiertos en este caso?

Tiene el fallo de responsabilidad fiscal solidario por Saludos y todos los vicepresidentes por $1.4 billones de pesos que tendrían que pagar. Entonces está embargado. No puede tener cuentas corrientes, no puede tener nada. Eso está demandado, pero no se ha fallado. Luego tiene una sanción de la Procuraduría, una inhabilidad por 18 años para ejercer cargos públicos por los 8.000 cheques. Y luego tiene una condena penal en primera instancia que no está en firme porque hay una apelación pendiente a 10 años de cárcel por peculado por apropiación a favor de Saludcoop. Pero aquí es donde entra los dos peritazgos contables. Uno de la Fiscalía que lo condena y el otro de Supersalud que le es favorable. El juez escogió el que lo perjudica. Eso no está en firme porque hay la apelación y el Tribunal Superior de Bogotá no la ha fallado.

¿Meterse en esta investigación y publicar este libro qué ha significado para usted?

Pues ha significado poder defender a Palacino y a otras personas. Él no es el único. Él es el que figura, pero en medio existen unas tragedias familiares de personas que están embargadas. Son personas que no pudieron volver a trabajar porque nadie las contrata, que enfrentan problemas de salud. Entonces significa mucho poder ayudar a todas estas personas que han sido vapuleadas y luego poder denunciar el abuso del Estado. Cuando se le pregunta a Palacino, usted por qué no se defendió es como preguntarle a una mujer que la violaron, ¿usted por qué no se defendió? Aquí tenemos que hablar sobre por qué los calumniadores lanzaron estas calumnias. Desde la prensa y desde el Estado. Eso es lo que es grave. Estas personas ya fueron aniquiladas moralmente y profesionalmente. Las historias que me han contado son terribles, de personas que tienen que ir a tratamientos psiquiátricos.

Usted fue uno de los fundadores del periodismo investigativo en Colombia y ha hecho una carrera brillante como periodista. ¿Cuál es la responsabilidad que tuvo la prensa, que tuvimos, porque son decenas de periodistas en todos los medios que publicamos artículos sobre Saludcoop? ¿Qué falló?

Una cosa que no había pasado nunca, que las autoridades engañaran a todos los medios de comunicación. Y que uno se da cuenta que es fácil cometer ese engaño. Y que la mentira la dice uno y la repite el otro. Y pues sale una resolución de intervención que tiene decenas de páginas, entonces eso es la noticia del día, de la semana, pero luego nadie la lee, nadie va a hacer una confrontación porque ya queda marcado Palacino y Saludcoop como unos hampones. Nadie tiene la dosis mínima de escepticismo para decir vamos a hablar con ellos, vamos a ver si eso es cierto. Ahora tenemos que estar alertas como periodistas porque los corruptos usan ese ambiente de gran corrupción del país para inventar falsos positivos. Yo no culpo a la prensa en general que tuvo una falta pasiva. Culpo solamente a Coronell, porque él tomó la iniciativa de decir que Palacino se daba la vida de magnate dilatando los pagos para atender a los pacientes. ¿Dónde está la prueba de eso? Además, ¿por qué dice una cosa que es tan difícil de probar? ¿Cómo va usted a vincular una demora en los pagos a unos afiliados con un bienestar económico del cual supuestamente gozaba Palacino?

Este libro aparece en un momento muy particular, justamente con un gobierno nuevo que quiere hacer una reforma a la salud. ¿Qué enseñanza cree que deja su investigación al repensar el sistema de salud?

Yo creo que nadie puede negar las enormes irregularidades que ha habido en las EPS. Pero es muy fácil culpar a las EPS y resulta que la responsabilidad es del gobierno, de todos los gobiernos. Usted nunca ve a un superintendente financiero que salga a hablar mal de los bancos. Si los bancos andan mal es culpa de él. Aquí todos los gobiernos le echan la culpa a Saludcoop y a todas las otras EPS que están interviniendo, pero por qué no las vigilaron entonces si tenían todas las herramientas. ¿Por qué le dieron a algunas EPS licencia para funcionar cuando no tenían la capacidad financiera? Entonces muchísimas de esas fallas son ciertas, pero dónde queda la responsabilidad de todos los gobiernos que no sanearon esos problemas a tiempo.

Me ha parecido un ejercicio de periodismo muy valiente de su parte asumir esta investigación en la que va contra la corriente. Creo que es una invitación a otros periodistas, a cualquier ciudadano, a leer con un ojo crítico, a seguir juntando pruebas, a esculcar, a hacer preguntas. Es un libro que nos obliga a reinterpretar una historia que creíamos cerrada.

Si alguien prueba que yo estoy equivocado, yo me retracto inmediatamente.


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