29 de agosto de 2014. Por: Juan Camilo Betancur Echeverry.
En Sílaba Editores.
Con Sílaba publiqué mi primer libro de cuentos: “Los errantes”. Pero como quiero ser sincero debo confesar que es fácil escribir que se publicó el primer libro, pero sentir el primer ejemplar en las manos es una sensación extraña. Cuando lo tuve en las manos sentí como si necesitara hacer algo más sin saber muy bien qué. Así que, con varios ejemplares me dirigí hasta mi pueblo natal: Fredonia. Subí hasta la Cruz en Cerro Combia y entre árboles leí el libro de corrido, como si fuera de otro. Ese día mis dedos temblaban y en el aire escribieron la palabra: “gracias”.
La escribí lento para no perder esa sensación que es como el primer beso de la persona amada. Luego, cerré los ojos y comprimí los labios para soplar con fuerza el espacio donde estaba la palabra que se desintegró en múltiples pedazos luminosos y éstos milagrosamente volvieron a juntarse. Esta vez formaron un pájaro. El ave aleteó, dio un círculo pequeño y empezó a descender por la montaña. Con agilidad esquivó un trueno y algunas corrientes de aire hasta perderse en el horizonte. Esta palabra, gracias a la vida que le dio Sílaba, encontró en el centro una lucecita que la guía. Por eso no se pierde y va a donde se le antoje. Si escuchas bien, es posible que ahora mismo, mientras lees estas líneas, algo esté dando golpecitos en la ventana.