19 de agosto 2016. Por: Mateo García.
En El Tiempo.
Alguna vez Borges escribió: “Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo”.
Eso lo sabe Nora Arango, una observadora del mundo que, por alguna razón, no deja escapar ningún momento, no deja escapar ningún detalle. Ella no deja escapar los encuentros efímeros con personas desconocidas. Muchos de estos los tiene en la mente, y es por eso que los escribió.
Precisamente la publicación se llama Momentos. En palabras de la autora, da cuenta de encuentros efímeros con personas desconocidas.
Desde muy joven descubrió la pasión de escribir, luego comenzó a estudiar Comunicación Social-Periodismo en la Universidad de Antioquia, pero a los 20 años viajó a Bruselas, Bélgica, donde vivió durante cinco años y estudió Historia del Arte.
Cuando regresó estaba segura de que lo suyo era escribir, que quería dedicarse a la escritura, y encontró en el periodismo lo más cercano, dentro de la academia, para escribir.
Se graduó, trabajó en cine y televisión, y en una agencia de comunicaciones. Sin embargo, la creación literaria siempre estuvo en su mente, pero no tuvo el tiempo necesario para hacerlo.
Fueron pasando los años y escribió algunos libros que repartió entre amigos. Pero llegó la hora, decidió que era hora de dedicarse a escribir.
En su nueva vida, la que había esperado durante años, se encontró con un escrito en el computador, con algunas notas, sobre un personaje de Bordados, libro que más adelante escribió y fue ganador de la Beca de Creación en Cuento de la alcaldía de Medellín en 2010.
Después nació Momentos. Nora se preguntó por qué recordaba tantas situaciones con personas desconocidas, que nunca supo nada de ellas, pero tampoco nunca las olvidó.
“Soy muy callejera, de hecho siempre estoy a pie, hago todo a pie, me he cruzado todos los puentes de Medellín. Entonces, también por estar a pie me pasan cosas, tengo encuentros casuales con gente que no sé quién es”, narra Nora.
Por eso se preguntó qué pasaba con esos recuerdos que se negaban a desaparecer.
“¿Qué es lo que verdaderamente ocurrió? No se crearon ni se iniciaron ningún tipo de relaciones con esas personas y, sin embargo, se resisten a irse”, explica.
Momentos tiene encuentros con Cortázar, con la vejez, con aguacates, con Martina, con Osorio, con la culpa, con Juan. Momentos podría definirse como un retrato de la cotidianidad desapercibida, como una manera de reconocer la existencia de los desconocidos.
Por ejemplo, “Caminando por la avenida de la Ayurá, por donde no cesa el ruido del tráfico, vi de lejos a dos ancianos de tez amarillenta sentados en una jardinera de las que adornan la calle”, escribe en el relato ‘Viejitos’.
En palabras de la autora, Momentos son encuentros efímeros con personas desconocidas.
El periodista y escritor Juan José Hoyos, que fue profesor de Nora en la universidad, dijo sobre la publicación que “La fuerza de estas historias está más allá de la superficie”.
Y es que a pesar de ser relatos cortos, no se queda en la superficialidad, pues detrás de todo hay una intensión, y ahí hay un mensaje.
“Quisiera que la gente cierre el libro y esté más contenta, que sienta más amor por la vida, que se sienta con más ganas de sonreír, así sea momentáneamente, porque tú con un libro no le cambias la vida a nadie”, comenta.
La autora agrega que finalmente lo que quiere es mostrar su manera de ver las cosas más simples, más sencillas, cosas que se encuentran en las esquinas, en un bus o haciendo una fila, porque “de un carro a un carro no pasa nada”, y no se logra conocer ni encontrarse con el otro.
Para ella, Momentos puede dar cuenta de lo cercano que se puede ser en unos momentos de lo ajeno, de los extraños, de los desconocidos.