Sílaba nació hace 5 años por el dulce azar de la vida. Llegó a mis manos una propuesta de Guillermo Cardona, de la Secretaría de Cultura de Medellín para publicar el libro Buenos Aires, portón de Medellín de Orlando Ramírez Casas.
El libro resultó tan bueno que el deseo de crear una editorial dedicada a la literatura y al periodismo se creció y me vi arrullando este proyecto entre mis brazos. Hice una lista de más de 40 posibles nombres, mientras buscaba en el diccionario el origen y los significados ocultos de algunas palabras hasta que llegué a Sílaba. La palabra griega silabi (συλλαβή) viene del verbo comprender, abrazar, incluir, juntar. Y supe que ese era el nombre y desde ese día acuñamos nuestro emblema:
Sílaba Editores busca enlazar autores, libros y lectores en ese fecundo encuentro de voces y sentidos que encarna la escritura y la lectura.
Creo en el Dios de los Libros que nos ha acompañado todos estos años. El 25 de agosto de 2009, el día que hacía los trámites legales para constituir la editorial me encontré el texto “Sílaba Viva” de Julio Cortázar. Y al día siguiente era el cumpleaños de Cortázar. Y lo invoqué como padrino de este crío recién nacido.
En la Fiesta del Libro y la Cultura del 2009 presentamos el libro Buenos Aires, portón de Medellín, que a pesar de sus 476 páginas se vendió muy bien y se agotó en los primeros 6 meses. Con esos pesos seguimos haciendo libros. Una tras otro han ido llegando de diferentes maneras y por los muchos senderos que tejen las palabras.
Llegaron los libros de cuentos en la Colección Mil y una sílabas, con libros tan hermosos como Un espejo después de Luis Fayad, Crímenes municipales de Darío Ruiz Gómez, Caballos de oro en la noche del gran cuentista mexicano Guillermo Samperio y los primeros libros de autores tan queridos y talentosos como Ana María Cadavid con Arma de casa, Estefanía Uribe Wolf con Aún no era grande y Juan Camilo Betancur con Los errantes.
Y así llegó la primera novela La risa del sol de Esther Fleisacher y luego La puerta del infierno de Ricardo Cano Gaviria y Prohibido salir a la calle de Consuelo Triviño Anzola.
Amigos muy especiales como José Zuleta, Darío Ruiz Gómez, Guillermo Cardona, Juan José Hoyos, Alejandra Toro hacen parte de este proyecto con sus ideas, trabajos, libros y sueños.
Para mi publicar un libro es entablar una larga conversación con el autor y los lectores. Una conversación profunda y misteriosa, llena de vida, la que está en los libros.