27 de agosto de 2014. Por: Orlando Ramírez-Casas.
En Sílaba Editores.
Embargado por la alegría de la publicación de mi libro “Buenos Aires, portón de Medellín”, y sumido en la aprehensión de encontrarme con la editora designada por la Alcaldía de la ciudad para disponer los tejemanejes de ese trabajo, me senté en una mesa en las afueras de un restaurante del Parque de los Pies Descalzos a esperar a la editora Lucía Donadío. Se trataba de que ella y yo nos conociéramos, a ver si aceptábamos trabajar juntos. Había la posibilidad de que nos entendiéramos, pero había también la posibilidad de que no. Por mi parte, puedo decir que fue atracción a primera vista por la calidez, la sencillez, la gentileza, que Lucía desplegó en ese primer encuentro. Pero, sobre todo, por el profesionalismo que, sin hacer alardes ni alharacas ni aspavientos de autoelogio, mucho menos de autosuficiencia, dejó entrever; lo que me hizo tomar total confianza en su tarea. Me hizo las preguntas de rigor, y fue allí donde relaté por primera vez la historia ya para este momento mil veces contada de por qué escribí ese libro, de cómo lo escribí, de cuándo y por qué empecé a escribir y, en fin, el retrato hablado de la tarea. Cuando nos despedimos, sentimos que había mutua empatía y esa confianza mutua nos condujo a que en tan solo dos meses después el libro ya estuviera saliendo de la línea de impresión tipográfica, listo para ser entregado al público en la Fiesta del Libro y de la Cultura de Medellín 2009.
Sería muy simplista decir que la tarea se centró en nosotros dos como protagonistas, porque muchos aportaron su carga de trabajo al éxito de esa labor, como decir el Dr. Alonso Salazar que, como alcalde, le dio su espaldarazo al proyecto; como decir los doctores Luis Miguel Úsuga y Guillermo Cardona que hicieron su tarea de promotores y patrocinadores; como decir el personal de Imago que hizo las fotografías sobre el terreno; y como decir don Ernesto López en su editorial Lealón que le puso el alma para que el libro saliera en el apretado tiempo previsto. Corto me quedaría si no hiciera también mención de la gran cantidad de amigos que con su presencia colmó el recinto de presentación en el Jardín Botánico, y si no hiciera reconocimiento de la gran cantidad de lectores que dieron su respaldo a ese trabajo y en tiempo que yo considero también récord agotaron las existencias en las librerías. Algún día el libro encontrará patrocinio para una segunda edición, que aspiro hacer bajo la sombra de Lucía Donadío con Sílaba Editores; la editorial que al igual que mi libro está cumpliendo cinco años de existencia porque ese fue su primer trabajo y su cifra ya se acerca a la centena de publicaciones. No sobra decir que me siento muy orgulloso de saber que con mi libro se dio esa primera vez.