22 de agosto, 2019. Por: Esteban Carlos Mejía.
En Vivir en El Poblado.
Sílaba
Nora Arango Díez
Abril de 2019
196 páginas
¿Los escritores oyen voces que los demás no oyen? ¿Hablan con los muertos? ¿Resucitan a cada amanecer con el sonsonete de los pájaros? ¿Se desvelan por cuenta propia? ¿No creen ni en lo que se comen? ¿Leen para escribir o escriben para leer? ¿Aman por rencor? ¿Odian por amor? Me parece que en El único lector hay respuestas o, al menos, indicios de respuesta a estos interrogantes.
Norita brinda homenaje a su sensei, Elkin Obregón, escritor y dibujante, cusumbosolo de cusumbosolos, enclaustrado entre la hojarasca de miles de libros, revistas clásicas y antiguas, bocetos o caricaturas. Escrita a manera de diario, es un venturoso lance por desfacer los entuertos erótico emocionales y los enigmas del alma de Elías y don Mortis, todo narrado siempre con sutileza, en la voz de una escritora cada vez más segura, introspectiva y espontánea. ¡Bacano!