En el 2012 la Red de Escritura Creativa que promueve el Ministerio de Cultura desde la Dirección de Artes, contó con 58 talleres vinculados, que funcionaron en 41 municipios de 27 departamentos.
El objetivo de este programa es diseñar estimular la lectura crítica y mejorar la calidad de producción literaria en las diversas regiones del país, impulsando además la integración, circulación y divulgación de nuevos autores.
Este año Sílaba Editores presentó la antología que reúne los mejores textos de los talleres. Se publicaron 33 cuentos, 6 poemas y 2 obras de teatro. Los 41 autores trabajaron en la edición final de sus textos bajo la coordinación de Miguel Ángel Manrique, quien además escribió la presentación de este libro que recoge la singularidad de las voces y de las regiones de Colombia.
Sílaba Editores habló con algunos de los autores sobre su experiencia en los talleres de escritura.
¿Cuál fue la enseñanza más importante que le dejó los talleres de escritura creativa del 2012?
Lo más importante que aprendí de los talleres de escritura creativa es que la vida misma es literatura y que sin la poesía no seríamos humanos.
Jhon Walter Torres. Taller: La caza de las palabras (Pereira)
¿Por qué es importante seguir promoviendo los talleres de escritura creativa en las regiones?
Porque sólo así es posible descubrir talentos en escritura, aún en lugares más insospechados y lejanos. Pienso, además, que es una oportunidad para quienes somos apasionados por la literatura.
Javier Rosero Calderón. Taller: José Pabón Cajiao (Samaniego)
Porque hay un montón de historias que necesitan y merecen ser escritas, albergadas en los corazones y cabezas de aquellos que creen haber sido tocados por el oficio del escritor. El taller es pues, la posibilidad de garantizar que el fervor se concrete y que esas historias que bullen puedan ser escritas con cierta justicia literaria; es la oportunidad de conocer a aquellos místicos personajes que decidieron hacer de la escritura su razón de vida y conocer la razón de su “locura”. Para otros, el taller es un tránsito obligado entre su aspiración y la publicación.
Leonardo Arias. Taller: Écheme el cuento (Cali)
Los talleres son fundamentales porque el oficio de la escritura no solo es en soledad sino además invisible, no existe ningún otro espacio en el cual se visibilice ese esfuerzo y esa búsqueda a través de la palabra escrita, de manera que los talleres son ese jardín abonado por y para quienes asistimos a estas sesiones; allí es posible la comprensión de este reto y por supuesto cualificar lo que escribimos, es esa primera plataforma de encuentro con uno mismo y con otros seres que buscan su propio cielo, en este caso por un mismo camino. Es el espacio además para informarte de nuevas realidades literarias.
Maria Cecilia Muñoz Galeano. Taller: Pluma encendida (Envigado)
¿De qué forma los talleres de escritura fortalecieron su proceso creativo?
En el taller se moldean las ideas y se hacen escritura, se aprende porque se comparte. Se completa allí el vuelo creativo.
Sergio Augusto Sánchez. Taller: UIS (Bucaramanga)
A partir de perder el temor a exponer los textos ante el ojo crítico del director y los compañeros, aprendí a conocer los errores, y aceptar los rigores de la técnica narrativa. Lo demás en el proceso creativo, lo dan las múltiples lecturas que uno pueda hacer. Conociendo a los verdaderos maestros, escritores consagrados, a los que también se llega gracias a los talleres.
Frank Mauricio Durán. Taller: Taller Relata Liberatura (Ibagué)