22 de abril de 2014. Por: Halim Badawi.
En Revista Arcadia.
La tradición artística colombiana plantea una honda y continua reflexión sobre la violencia y sus formas, una toma de posición ética por parte de los artistas locales frente a la persistente crueldad, discriminación, desigualdad y muerte. Nuestra historia moderna es la más cruda referencia y el ejercicio de la memoria se ha convertido en el camino expedito hacia la comprensión de nuestro pasado y en la condición necesaria para abrir nuevos caminos hacia la reconciliación. Por ello, revisar críticamente cómo opera la memoria en el arte contemporáneo colombiano es una tarea que requiere múltiples voces y perspectivas. Precisamente, el libro El arte y la fragilidad de la memoria cuenta con catorce ensayos que se aproximan al problema desde la filosofía, la historia, la crítica de arte, la museología, la restauración y la antropología.
La estructura y los contenidos del libro son resultado del IX Seminario Nacional de Teoría e Historia del Arte realizado en Medellín en el año 2012. Los investigadores participantes revisaron la obra de los artistas Juan Manuel Echavarría, Óscar Muñoz, Beatriz González, Clemencia Echeverri, Erika Diettes, Doris Salcedo y operaciones curatoriales como la exposición conmemorativa del bicentenario de la independencia en el Museo Nacional de Colombia (2011). Se destacan el ensayo de Ivonne Pini (“La memoria como campo de reelaboración artística”), en el que aterriza las discusiones filosóficas precedentes en el terreno de la historia del arte y el pensamiento latinoamericano. Así mismo, el interesante ensayo del historiador Jaime Borja (“La pintura colonial: de su hechura e interpretación”) parece romper con el análisis estrictamente filosófico, con la profusa citación de pensadores europeos, con el análisis de los grandes nombres del arte colombiano y con la lectura del arte contemporáneo -características de la mayoría de ensayos precedentes-, para abarcar el territorio del arte colonial, el período menos comprendido de nuestra historia del arte, un momento que sirvió de caldo de cultivo de todas las violencias y de fuente iconográfica para numerosos artistas que han abordado y reelaborado los problemas de la memoria.