Noviembre 1 de 2013. Por: Alberto Donadio.
En Blog Detrás de Interbolsa, El Espectador.
Mañana 2 de noviembre se cumple un año de la intervención de Interbolsa. Solamente una persona ha sido sancionada en el año corrido desde cuando se conocieron las operaciones irregulares, ilegales y fraudulentas de Interbolsa. Esa persona es Andrés Mauricio Hernández Vallejo, asistente de la corredora de bolsa Alcira Osorno. Hernández Vallejo fue expulsado de la bolsa por el Autorregulador del Mercado de Valores por 20 años por ejecutar un repo sobre acciones de Fabricato sin autorización del cliente. El dueño de la cuenta, Julio Toro, había dado instrucciones de que le compraran acciones de Pacific Rubiales con los 753 millones de pesos que tenía en Interbolsa. Lo que hicieron fue entregarle su capital a alguien que tenía acciones de Fabricato. Julio Toro perdió todo el dinero. Esa es la única sanción en firme que se ha producido en 12 meses, pese a la gravedad de los hechos conocidos y ya comprobados. A este ritmo pasarán diez años antes de que se castigue a un puñado de responsables.
La Fiscalía no le ha imputado cargos a nadie. En parte porque por recursos presentados por los abogados la diligencia de imputación se ha aplazado desde junio 24. Y en parte porque según el vicefiscal general Jorge Fernando Perdomo los acusados tienen alta posición social. Esto dijo en Semana: “Frente al caso concreto debe tenerse en cuenta su trascendencia y la posición social de quienes fueron vinculados al proceso, dado su reconocimiento en los más altos niveles sociales, que lo hace un tema de trascendencia para la Fiscalía General de la Nación e impone el deber de verificar con mayor ahínco los hechos denunciados.
“Hay pendientes otras investigaciones en el AMV, en la Superfinanciera, en la Procuraduría que formuló pliego de cargos contra el superfinanciero y varios delegados, pero la realidad contante y sonante es que los inversionistas en muchos casos siguen sin ver su dinero y el castigo en estos doce meses se ha limitado a un corredor asistente, el cual, por otro lado, es apenas un peón, según dijo Julio Toro, el cliente que perdió el dinero.
La Supersociedades ha tomado muchas medidas que han permitido esclarecer las operaciones. Por ejemplo, gracias a la orden de liquidación de Interbolsa Holding se supo, según reveló el liquidador Pablo Muñoz, que Interbolsa repartió $66.000 millones en dividendos a sus accionistas, por cuenta de valorización de activos, no porque se hubieren causado como utilidades. Adicionalmente la Supersociedades ha decreto los embargos y congelación de activos a muchas personas y sociedades, entre ellas el fondo Premium. Pero si la Fiscalía no actúa en consecuencia y le da el mismo tratamiento de captación ilegal a lo ocurrido en Premium, quién sabe cuándo se verá la recuperación. Por ahora, a un año de la quiebra abusiva y fraudulenta de Interbolsa, el premio a la impunidad se lo lleva el fiscal general Eduardo Montealegre, que alegremente ha abandonado a su suerte a las víctimas de la megaestafa de Interbolsa. Tal vez porque no son personas de ” posición social ” y entonces no hay que defenderlas ” con mayor ahínco “.