30 de Diciembre de 2012. Por: Juan Pablo Ramírez Martínez.
En El Mundo .
Ángeles, poetas, gatos y otros personajes tienen su encuentro en las narraciones de un hombre que desde su experiencia en la psicología, propone una visión del mundo donde se cuestiona de dónde salen los problemas que aquejan a la sociedad.
Sílaba Editores lanzó el libro “El gato de dos caras”, obra que reúne cinco cuentos de Róbinson Grajales, psicólogo y magíster en Lingüística que fue uno de los ganadores de la primera Convocatoria de Estímulos al Talento Creativo del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia.
De acuerdo con Grajales, su intención es retomar la estructura clásica del cuento, es decir, aquella que no se agota en una situación específica, sino que desarrolla una trama alrededor de los personajes, y donde estos tienen más peso que las circunstancias.
“En mis historias todo está puesto en función de que al protagonista le ocurra algo significativo. Otro de mis aportes es que hay un punto de vista particular de los encuentros, de manera que el objetivo es tratar de ver algo que en la cotidianidad no es muy evidente”, agrega.
Como ejemplo, el cuentista menciona una de las historias contenidas en “El gato de dos caras”, en la que se narra la convivencia de un grupo de amigos infantes, y en el cual, según su autor, “se aporta una visión de ese mundo y de cómo los niños son capaces de confesar y de hacer cosas que los adultos no haríamos fácilmente”.
En cuanto a la temática de las historias, su autor expresa que lo que más lo pone a pensar es qué sucede con las relaciones humanas y “por qué razón se producen reacciones tan terribles en el hombre”. Agrega que el libro es fruto de esas preguntas y su presunta respuesta es que aquellas conductas se dan por la incomprensión y el miedo hacia el otro, “cuando no se puede dominar al otro, surge entonces la agresión y la maldad”.
Para Esther Fleisacher, poeta, psicoanalista y editora de este libro, la obra de Grajales permite ver ciertos asuntos de los cuales el ser humano quiere saber poco y sin embargo le conciernen, tales como la monstruosidad, la ambivalencia y lo absurdo. “Lo valioso de este libro es que cada historia tiene una preocupación y un punto de vista. No hay hilos conductores entre las narraciones, salvo la buena escritura”.
Su faceta de cuentista
“Mi pasión por la literatura fue incluso anterior a mi amor por la academia, porque desde joven estuve en contacto con el mundo literario. Leía mucho y en el fondo sabía que un día escribiría, pero mientras eso sucedía, decidí estudiar otras cosas y complementarme”, asegura Grajales.
Pese a su admiración hacia otros géneros literarios como la novela y la poesía, asegura haberse enfocado en el cuento tras descubrir por sí mismo “que era un mal poeta”.