21 de abril de 2018. Por: Felipe Sánchez Hincapié y Julián Restrepo.
En Laterales Magazine.
Bastó con que Marisol Leal Acosta viera a Tony amarrado para que se le removiera todo. Asombrada y triste, no entendía cómo a un perro que sus dueños decían querer le aplicaran semejante castigo y de paso acabaran con su alegría.
“Para mí fue tan duro ver eso. Yo decía: ‘no puedo creer que lo quieran tanto y lo mantengan amarrado’”, recuerda Marisol aún con la impotencia de quien acaba de ver una injusticia, pero poco puede hacer para acabarla. Días después otro Tony volvió a ocupar sus pensamientos, pero esta vez se trataba del perro de una amiga que acababa de fallecer. De nuevo la tristeza ante lo frágil que es la vida, lo rápido que se van los días que tenemos prestados en este mundo.
Marisol, sin embargo, decidió no anclarse en su dolor, sino sanarlo con la palabra y el arte. Sicóloga y artista plástica de formación, supo que ambos dones que le dieron la vida la ayudarían a pasar esta página, además de contar e ilustrar “una historia sobre la vida, la muerte y el amor”. Fue así como nació A Tony le gusta jugar con las visitas, libro escrito e ilustrado por ella misma y publicado por Sílaba Editores, que por estos días se presenta como una de sus novedades en la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
La historia de A Tony le gusta jugar con las visitas no es para nada lineal. Aunque narra la amistad de Ana y Mauricio con Tony, un perro al que le gusta jugar con las abejas y “se duerme sin sueño”, según su autora puede leerse en el orden en que al lector mejor le parezca, porque más que capítulos en sus páginas hay “impresiones, el asombro ante pequeños hechos de la vida cotidiana que si uno se detiene en ellos y los vuelve un momento, una impresión, van tejiendo una historia, pero son pedacitos, un juego de fichas que puedes ordenar como quieras”.
A este juego lo complementan varias ilustraciones en las que Marisol despliega la elegancia de su trazo y la fuerza de su paleta de colores, que va desde los cálidos más alegres, hasta los fríos más nostálgicos. La naturaleza es protagonista en ellas, al punto de que si se miran con detenimiento puede escucharse el caer de una gota sobre el suelo, el crujir de las hojas secas cuando son pisadas por un pie descalzo o hasta los ladridos de Tony cuando espanta a las abejas con su peluda cola, aunque en realidad les está jugando.
Al hojear su primer libro y detenerse en las ilustraciones, Marisol se siente emocionada y feliz, aunque reconoce que durante el proceso de escritura e ilustración se le presentaron “dos exigencias creativas que implicaron dos caminos muy distintos, casi que escribirlo, dejarlo reposar y volver a mirarlo”.
“Si bien tengo formación como artista plástica, nunca me imaginé tener el reto de pasar un lenguaje escrito a uno visual, porque a pesar de que son territorios cercanos, son muy distintos los caminos para recorrerlos”, afirma y agrega que el acompañamiento y la retroalimentación de su amiga Paula Bossio durante la concepción visual del libro, aportaron mayor unidad estética pero también “amistad y regocijo al encuentro de la imagen visual y la palabra escrita”.
El resultado de todo esto es, más que un libro, una caja de sorpresas. Un perro atado desató esta historia bellamente ilustrada, que asombra y conmueve porque en ella la naturaleza manifiesta su grandeza hasta en la más pequeña roca, y por la voz entrañable y a la vez firme que conduce al lector a un juego que pasa de la alegría a la tristeza, del asombro a la reflexión, de la ensoñación y su dulzura, a la realidad y su dureza.
Como la vida misma es este libro, un recorrido vital y terapéutico que de manera sutil, pero no por ello dejando de ser fuerte, hace un llamado a seguir el camino y soltarse de las cargas, encontrar las historias en lo cotidiano y, sobre todo, apreciar la grandeza de las pequeñas cosas.
“La historia tiene que ver con los territorios de la memoria, donde quizás uno no se detiene, o huye de ella y se queda ahí en el regocijo. No, aquí es soltando.
Si desea vivir la historia de Tony, puede encontrar A Tony le gusta jugar con las visitas en el stand 1513 de Sílaba Editores habilitado en el pabellón 17 de Corferias, dedicado a las editoriales independientes.
Texto escrito por: Felipe Sánchez Hincapié y Julián Restrepo