Mayo 2023. Por: Ana María Rodríguez Sierra. En América sin Nombre
La línea sin reposo, catálogo de arte predinástico, es un trabajo literario del académico y crítico de arte colombiano Efrén Giraldo (2016) en conjunto con el artista visual Jorge Marín. El libro es un catálogo de artistas cuyo margen de vida y producción se ubica entre los años 1946 y 2213 en mundo distópico, ya que la tierra se muestra como un espacio improductivo, la naturaleza solo existe como creación plástica y son posibles los viajes interplanetarios. En este artículo, mediante la identificación de los recursos narrativos desplegados por el autor, se plantea como objetivo principal analizar cómo en un juego entre realidad y ficción que involucra imágenes y texto, se conforma un archivo de artistas del pasado, erigido a partir de pistas que deben ser descifradas por el lector. Estas pistas remiten al arte occidental moderno, regido por la idea del arte por el arte, y a otro posmoderno, en el que se requiere que el público complete y encuentre el sentido encarnado de las obras (Danto, 1994). Luego, observamos que, en el libro, usando también la estrategia dialógica de interacción entre palabras e imágenes, se configura un corpus de artistas ficticios, los cuales llevan al extremo las prácticas o las ideas estéticas de artistas reales.
A través de estos recursos, retomando la idea de archivo de Derrida, aquí mostramos cómo esta obra de la literatura contemporánea erige un archivo del absurdo y el equívoco, desplegado desde la ironía y el humor para llevar a los lectores a repensar los límites del arte actual y la pequeña línea que separa lo estético y lo novedoso de lo monstruoso e inhumano. Finalmente, mostramos que el texto deconstruye el museo, ironiza la historia y critica a la crítica de arte, logrando, de esa forma, instaurar la literatura como lugar de reflexión y cuestionamiento de la filosofía del arte y las prácticas contemporáneas.
Lo cierto es que en La línea sin reposo el museo como institución se desdibuja y deconstruye, y como espacio expositivo se presenta ambiguo, permanente en algunos momentos y desaparecido en otro. Creemos que esta aparente incoherencia es una estrategia literaria que sirve para originar una atmósfera de confusión, de equívoco irresoluble con el que se quiere revestir al campo del arte contemporáneo, para incitarnos a reflexionar sobre los posibles desenlaces, (¿desafortunados?), en los que podría converger, –si es que no ha ocurrido aún–, seguir la ruta de las premisas del «todo vale» y de «cualquier cosa puede ser arte».
Conclusiones
Este libro es, sin duda, provocador y bello, la suma de retruécanos que contiene resulta estimulante para cualquier lector cercano al mundo del arte. En lo que toca al pasado, lo invita a mirar de nuevo, a resignificar obras que ya pueden parecer agotadas, y también, a descubrir la belleza, «la poética del arte» (Louvel, 2011) presente en obras e ideas de artistas que quizá no han sido difundidas ampliamente y que merecen serlo. Con relación al futuro, al lector se le exige asumir una postura, y lo incita a cuestionarse en muchos momentos sobre qué espera del arte y, sobre todo, le conduce a preguntarse por la falta de límites, ¿hasta dónde se puede llegar?, ¿cuál es la línea que separa lo estético y novedoso de lo monstruoso e inhumano? En definitiva, a lo largo del libro el lector estará preguntándose muchas veces qué está leyendo: literatura, claro está, mas ¿qué es arte y qué no?, ¿qué es pasado y qué es futuro?, en última instancia, ¿qué es realidad y qué es ficción? Para responder al menos la última pregunta, el lector deberá elegir un camino, uno puede ser el de seguir las pistas e investigar. Aquí acogimos esta opción para mostrar que la literatura sigue siendo un espacio de reflexión aguda y profunda sobre el presente y sobre la historia, y que nos cuestiona, en este caso en lo que toca al quehacer del arte y sus horizontes de futuro. Pero también el lector puede simplemente disfrutar de una lectura llena de guiños irónicos, literarios y visuales, al campo del arte actual. Finalmente, el resultado de seguir las pistas narrativas de este libro ha sido la comprobación de lo anunciado por el autor; hemos percibido la configuración de un archivo del equívoco y del absurdo mediante el trazo de una línea infinita que recoge ambigüedades de todo tipo, que deconstruye el museo y su lógica vigente. Esta línea no es recta, sino circular (por ello no reposa), y a pesar de que reúne lo hace sin márgenes, ampliando incluso los de la literatura al ser este un texto que usurpa el lenguaje y las formas de escritura de la historia y la crítica. Así es como el círculo es presionado desde adentro y entonces se expande, como el arte, como el universo.
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