Por: Claudia Fernández Franco.
Esos besos que te doy, novela del escritor antioqueño Esteban Carlos Mejía, es una obra importante para conocer lo que ha sido la historia de Medellín y las características de personas propias de esta región. Si bien este es el segundo libro de la trilogía “De espaldas a Medellín”, se lee sin dificultad como una historia independiente, eso sí antojando a la lectura de la primera parte de tal trilogía, I love you putamente, por las diferentes referencias a esa otra novela que se hace a través del libro.
Esos besos que te doy se deja leer y atrapa al lector gracias al lujo de descripciones y de acontecimientos; su trama envuelve desde el primer momento y no da “motivos” para dejarla empezada o abandonarla. Las características de personajes como Víctor, Alabama y Consolata permiten encontrar unos seres humanos complejos y valientes que los hacen especiales a través de sus conversas. Así, por ejemplo, Víctor enamora por el trato que les da a sus mujeres: su mamá, Alabama —amiga-amante—, y Consolata, su amor; por otro lado, la lectura comentada que hace sobre el texto de Juanete (otro personaje) hace que la historia tome un giro inesperado para que se piense en aspectos relativos a la reencarnación y las causalidades. Por último, el uso de muletillas como “oiga”, “vea, pues”, “mejor dicho, chicho”, hacen que sea un personaje querido por el lector.
Por su parte, Martha Catalina Santos —Alabama Faulkner— es una mujer joven, hermosa y sensual; desde el inicio se hace querer, pues con expresiones como you know, la forma en que narra su cambio de nombre y el apropiarse de palabras “raras” para entablar conversaciones, la hacen un personaje difícil de olvidar. Consolata, una mujer trabajadora, dueña de un pasado complejo, que narra su día a día laboral y logra, con las descripciones que hace, que el lector conozca o reconozca algunos lugares de Medellín.
Otro elemento interesante de la obra está relacionado con las lecturas recomendadas por Víctor, entre ellas Ana Karenina de Tolstoi y las diferentes novelas de William Faulkner, así como de otras obras clásicas como La peste y Así hablaba Zaratustra.
Finalmente, Esos besos que te doy merece ser leída para recrear nuestra cultura, conocer personajes maravillosos que representan algunos de nuestros valores, viajar a algunas partes de Colombia y, algo muy importante, leer escritores colombianos.
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