Hace cinco años en Medellín, sin esperarlo o buscarlo, Lucía Donadío daba vida a Sílaba Editores, un proyecto que hoy se dedica a crear libros de literatura, periodismo e interés general.
Todo comenzó después de la publicación de Buenos Aires, portón de Medellín de Orlando Ramírez, cuyo libro arrojó muy buenos resultados y marcó el inicio de un sueño que Lucía arrullaba desde muy joven. Desde niña tuvo gran pasión por las palabras, las historias y los libros. Corazón de Edmundo D’ Amicis fue la primera lectura que la conmovió.
Su anhelo de trabajar con libros se materializó con Sílaba, editorial que comenzó publicando autores colombianos contemporáneos, principalmente; después textos académicos con la colección Deslindes y tres autores extranjeros como Dacia Maraini, Hugo Mujica, Guillermo Samperio. Además de la colección infantil.
En media década y con trabajo independiente, a veces difícil de sortear frente al andamiaje de las grandes editoriales, Sílaba ha logrado posicionarse y crear un importante vínculo entre el lector, el autor y el libro.
-¿Cómo nace Sílaba y a qué se debe su nombre?
-Sílaba nació hace 5 años por el dulce azar de la vida. Llegó a mis manos una propuesta de Guillermo Cardona, de la Secretaría de Cultura de Medellín para publicar el libro Buenos Aires, portón de Medellín de Orlando Ramírez Casas. El libro resultó tan bueno que el deseo de crear una editorial dedicada a la literatura y al periodismo se creció y me vi arrullando este proyecto entre mis brazos. Hice una lista de más de 40 posibles nombres, mientras buscaba en el diccionario el origen y los significados ocultos de algunas palabras hasta que llegué a Sílaba. La palabra griega silabi (συλλαβή) viene del verbo comprender, abrazar, incluir, juntar. Y supe que ese era el nombre y desde ese día acuñamos nuestro emblema: Sílaba Editores busca enlazar autores, libros y lectores en ese fecundo encuentro de voces y sentidos que encarna la escritura y la lectura.
-¿Quiénes han ayudado a fortalecer este proyecto editorial?
-Muchas personas nos han ayudado. Mi socia Alejandra Toro y todo el equipo editorial son fundamentales: página web y redes sociales, David Roldán; asistente editorial, Gabriel Lopera; correctoras, Janeth Posada y Juana Manuela Montoya; asistentes en ferias y eventos, Marta María Peláez, Tatiana Hernández, Lina Marcela Bedoya (Kiwi). Otros colaboradores y amigos del alma: Ana María Cadavid, Alvaro Tangarife, José Zuleta, Gabriel Ruiz.
Los autores que han confiado sus libros en nuestras manos y que han apoyado con ideas, propuestas, eventos y trayendo otros autores a Sílaba. Entre ellos: Darío Ruiz Gómez, José Zuleta, Freddy Téllez, Fernando Cruz Kronfly, Esther Fleisacher, Elkin Restrepo y otros. Muchas entidades nos han apoyado con coediciones y proyectos: la Secretaria de Cultura de Medellín, el Ministerio de Cultura, Proartes, el Idartes y otras.
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-¿Cuáles fueron los objetivos y la línea editorial trazada?
-Los objetivos de Sílaba fueron y son los libros de literatura, periodismo y libros de interés general. Y los autores colombianos contemporáneos principalmente. Hemos conservado esa línea editorial y se ha ampliado a la Colección Deslindes dedicada a textos académicos. Hemos logrado publicar tres autores extranjeros de gran renombre: Dacia Maraini, Hugo Mujica, Guillermo Samperio. Varios autores de Sílaba son colombianos que viven en el exterior. A través e Sílaba hemos tendido un puente entre ellos y sus libros.
-¿Cuáles fueron los primeros libros, autores publicados y su tiraje inicial?
-El primer libro fue Buenos Aires, portón de Medellín, que a pesar de sus 476 páginas se vendió muy bien y se agotó en los primeros 6 meses. El tiraje fue de 800 ejemplares. Con esos pesos seguimos haciendo libros. Una tras otro han ido llegando de diferentes maneras y por los muchos senderos que tejen las palabras.
El segundo fue Libretas de poesía (1944-1955) de Regina Mejía de Gaviria. Un rescate de unos poemas hermosos que la autora guardó en secreto por más de 50 años. Luego llegaron los libros de cuentos en la Colección Mil y una sílabas, con libros tan hermosos como Un espejo después de Luis Fayad, Crímenes municipales de Darío Ruiz Gómez y otros.
Los tiraje iniciales fueron de 300-500 y ahora son de 300. Si se agota un libro reimprimimos.
-¿Cuál cree que ha sido el éxito de Sílaba?
-El trabajo constante y comprometido con los libros, los autores y los lectores. Tenemos una pasión y una disciplina enorme por la labor editorial, tratamos de hacer lo mejor posible en cada uno de nuestros actos cotidianos. El apoyo de los autores y lectores también es parte esencial. Los consideramos parte de nuestra Sílaba y tratamos de mantener un dialogo abierto y permanente con ellos.
-Como editorial independiente los retos son enormes, ¿Qué ha sido lo más difícil de enfrentar en los cinco años de labores?
Cada día es un reto para hacer la tarea lo mejor posible. Lo más difícil es lograr que los lectores conozcan nuestros libros, pues la competencia de las grandes editoriales que tienen un andamiaje publicitario tan grande, es difícil de contrarrestar. Sin embargo, creemos que lo hemos sorteado con creatividad, apoyo de autores y lectores, de algunos medios de comunicación, de amigos y de los libros que van haciendo su camino. Los buenos libros son para siempre.
-¿Cuáles son las proyecciones de Sílaba y qué novedades vienen en lo que resta del año?
Tenemos varios libros nuevos: La espiral del alambique de José Zuleta Ortiz. Cuentos. La salida está cerrada de Janeth Posada. Cuentos, ganador Beca de Creación, Alcaldía de Medellín en 2013. En el fuego, la mirada, de Luis Arturo Restrepo. Poemas, ganador Beca de Creación, Alcaldía de Medellín en 2013. Cuentos de la estación Villa de Darío Ruiz Gómez. Cuando pase el ciego de Ricardo Cano Gaviria. Cuentos. El arte de disentir. Alberto Aguirre. Columnas y apuntes biográficos en coedición con el fondo Editorial Eafit. El pozo y el péndulo. Cuentos colombianos Antología de Odradek, el cuento. Tapiz al revés. ¿Dime quién es? Adivinanzas de Horacio Benavides. Con este libro inauguramos nuestra Colección infantil.
-Para que los libros lleguen realmente a los lectores se requiere de un mayor esfuerzo que la simple publicación, ¿desde Sílaba están abriendo la posibilidad de conjugar otro tipo de actividades?
-Tratamos de que nuestros libros tengan una buena divulgación a través de actividades culturales complementarias. Participamos y organizamos eventos, congresos, festivales de poesía, presentaciones, lecturas de poemas y otras.
-¿Cuáles han sido los libros más vendidos de Sílaba?
-Buenos Aires, portón de Medellín de Orlando Ramírez Casas. El cartel de Interbolsa. Crónica de una estafa financiera de Alberto Donadio. Premio al Mejor Libro de Periodismo del CPB 2013. Los escogidos de Patricia Nieto. Premio al Mejor Libro de Periodismo del CPB 2012.
-¿Considera que los jóvenes en Colombia están leyendo más o que cada vez se alejan de la lectura?
Los jóvenes leen a su manera. No se puede generalizar. Ojala pudiéramos acercarlos más a los buenos libros.
-Recomiende un libro y un autor
-Recomiendo dos de nuestras novedades: La espiral de alambique y otros cuentos de José Zuleta Ortiz y El arte de disentir. Alberto Aguirre. Columnas y apuntes biográficos. En coedición con Fondo Editorial Eafit.