2022. Por: Darío Jaramillo Agudelo. Blog Luna Libros.
En: Gozar Leyendo # 180: “No llenes jamás tu vaso hasta el borde” | Luna Libros
La lectura de Tal vez a las cinco me lleva a la frase de T. S. Eliot grabada en la mentalidad de los tiempos que corren: “Toda revolución poética se hace desde el habla cotidiana”. Mónica Quintero conversa en verso, monologa, y puede conferirle una música a sus palabras, también un aire silencioso, y así se refiere a sí misma, a sus amores, a su casa, a su gato. Lo hace bien, con sentido del ritmo, con una muy fina sensibilidad poética. Y, en una onda en la que están muchos poetas de estos tiempos, hace versos conversados. E innova. Innova inventándose, sin demasiada conciencia de que está inventando –lo que habla en su favor–, con espontaneidad y fuerza, la elegía conversada, unos hermosos poemas en memoria de su padre.
TE MATARON EN UN DÍA
cuando yo no sabía aún que la gente se moría.
No entendí la muerte ese sábado aunque lloré toda la noche
como si hubiera sabido de tu confesión temprana:
desde las cinco eras un muerto
tal vez antes o un poco después.
Nadie se acuerda de la hora exacta
y menos yo
que entonces no sabía de horas.
Comenzaste tu vida de muerto esa tarde
y yo mi vida de huérfana ese día.
Lloramos una vez en un sueño
la única vez.
Hablamos toda la noche
y regresaste a ese lugar donde vives ahora
que no es mi casa.
Te he liberado varias veces
por un consejo repetido de los amigos:
vete, sé un muerto tranquilo
Adiós.
Y siempre has sido ese espacio vacío
en un lugar de mí que no sé dónde ubicar.
Nos mataron un sábado en la tarde
tal vez a la cinco, papá.
MÓNICA QUINTERO RESTREPO
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