Description
Este libro rescata dos de los primeros poemarios de Oscar Hernández: Poemas del hombre (1950), y Habitantes del aire (1964). En ellos se encuentran sus temas, su tono, su voz, su risueña fatalidad. La poesía que lo va a acompañar el resto de sus días y el resto de sus libros. Podemos nombrarlo como el poeta democrático y plural, porque, a pesar del escepticismo y en ocasiones la ironía que respiran sus poemas, ellos provienen de un hombre eminentemente bueno que mira y canta con bondad a su prójimo y a las cosas de su prójimo y a los animales de su prójimo. Una poesía a la que le gusta decir, usar palabras a las que no les niega nada, pero a las que igualmente cuida de que no incurran en facilismos ni redundancias.
El poeta mismo es la negación de la solemnidad. Su ser de carne y hueso se parece en mucho a su escritura. Su palabra es sencilla y cotidiana, pero nada le concede a la falsa bondad; no es solemne, pero tampoco es incondicional, ni implorante. El orgullo que porta la palabra de su literatura, de su poesía, es el de la seguridad en sí misma, en la conciencia y la tranquilidad de su poder.
Luis Germán Sierra J.