David Betancourt comenta ‘Maldades. Una historia de Medellín’

David Betancourt comenta ‘Maldades. Una historia de Medellín’

26 de agosto de 2023 I Por: David Betancourt I En: Blog de Santiago Andrés Gómez Sánchez

Santiago: 

Primero: es una novela muy muy pretenciosa. Toca muchos temas. Hay muchas voces. Asume muchos riesgos. Experimenta todo el tiempo. Etc. Lo cuenta todo. Y no cansa. Atrapa. Agarra. Y agarra y atrapa no solo por la trama, sino por eso y por el lenguaje y los juegos y las críticas y los personajes y la ciudad y los temas y todo. 

Segundo: aunque es difícil mantener la tensión en una novela, y más en una tan extensa, y más en una donde se tocan tantos temas, la novela todo el tiempo lo tiene a uno ahí, expectante, esperando qué va a pasar. Puras tensiones chiquitas (tensión por cada escena, por cada anécdota) y una tensión grande (qué va a pasar con esta locura). Además es muy intensa. Va como una bala. Y eso es difícil, más todavía cuando la sostienen por lo general los diálogos (monólogos). 

Tercero: mezclas con maestría lo que vas contando con toda la crítica que hay detrás (críticas muy directas unas, otras más sutiles, pero muy bien hechas y punzantes). Eso es muy poderoso. Que no sea solo la trama lo que importe. En esta novela importa todo.  

Cuarto: me encantó el poder que le das a la mujer y la forma en que el personaje principal se revela y reconoce las cagadas. Bacana la manera de abordar lo del machismo, lo del medioambiente, lo del poder de las mujeres, lo del cine, lo de la literatura (todo eso de lo que hablás y profundizás). Tocas esos temas con toda la hondura y a la vez con toda la gracia.  

Quinto: el tema del lenguaje es de lo mejor de la novela: música con las palabras hacés. Bacanos los juegos con las palabras, los poemas que metés, las canciones, todo. Todo muy frenético, rítmico, musical. Muy bien trabajado el cambio de voces, y cada voz tiene su propio registro, como debe ser, y esa polifonía es una alegría más de la novela.

Sexto: tal vez lo que más me gustó es que es una novela difícil. No cualquiera se le apunta a esta travesía (para leerla), y menos ahora cuando los lectores solo buscan que les cuenten algo y que no les compliquen la vida. Esas son las novelas que me gustan ahora, las de las digresiones, las que no le apuestan nomás a la trama, las locas, distintas, raras, profundas, críticas, juguetonas. Y todo eso es esta novela.  

Séptimo: el final es loquísimo. Rompe la última parte con todo el realismo de los capítulos anteriores. Y eso me gustó. Esos personajes muertos son maravillosos. Muy bueno también todo lo metaliterario y autobiográfico.  

Bueno, en fin: no tengo peros. Es una novela poderosa. Me hiciste pensar en Bolaño, Rayuela, Proust, Macedonio.   

Ahí te regreso el texto. Anoté unas cositas sin importancia, para que mires. Te felicito.

David.

Tomado de

Santiago: 

Primero: es una novela muy muy pretenciosa. Toca muchos temas. Hay muchas voces. Asume muchos riesgos. Experimenta todo el tiempo. Etc. Lo cuenta todo. Y no cansa. Atrapa. Agarra. Y agarra y atrapa no solo por la trama, sino por eso y por el lenguaje y los juegos y las críticas y los personajes y la ciudad y los temas y todo. 

Segundo: aunque es difícil mantener la tensión en una novela, y más en una tan extensa, y más en una donde se tocan tantos temas, la novela todo el tiempo lo tiene a uno ahí, expectante, esperando qué va a pasar. Puras tensiones chiquitas (tensión por cada escena, por cada anécdota) y una tensión grande (qué va a pasar con esta locura). Además es muy intensa. Va como una bala. Y eso es difícil, más todavía cuando la sostienen por lo general los diálogos (monólogos). 

Tercero: mezclas con maestría lo que vas contando con toda la crítica que hay detrás (críticas muy directas unas, otras más sutiles, pero muy bien hechas y punzantes). Eso es muy poderoso. Que no sea solo la trama lo que importe. En esta novela importa todo.  

Cuarto: me encantó el poder que le das a la mujer y la forma en que el personaje principal se revela y reconoce las cagadas. Bacana la manera de abordar lo del machismo, lo del medioambiente, lo del poder de las mujeres, lo del cine, lo de la literatura (todo eso de lo que hablás y profundizás). Tocas esos temas con toda la hondura y a la vez con toda la gracia.  

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Quinto: el tema del lenguaje es de lo mejor de la novela: música con las palabras hacés. Bacanos los juegos con las palabras, los poemas que metés, las canciones, todo. Todo muy frenético, rítmico, musical. Muy bien trabajado el cambio de voces, y cada voz tiene su propio registro, como debe ser, y esa polifonía es una alegría más de la novela.

Sexto: tal vez lo que más me gustó es que es una novela difícil. No cualquiera se le apunta a esta travesía (para leerla), y menos ahora cuando los lectores solo buscan que les cuenten algo y que no les compliquen la vida. Esas son las novelas que me gustan ahora, las de las digresiones, las que no le apuestan nomás a la trama, las locas, distintas, raras, profundas, críticas, juguetonas. Y todo eso es esta novela.  

Séptimo: el final es loquísimo. Rompe la última parte con todo el realismo de los capítulos anteriores. Y eso me gustó. Esos personajes muertos son maravillosos. Muy bueno también todo lo metaliterario y autobiográfico.  

Bueno, en fin: no tengo peros. Es una novela poderosa. Me hiciste pensar en Bolaño, Rayuela, Proust, Macedonio.   

Ahí te regreso el texto. Anoté unas cositas sin importancia, para que mires. Te felicito.

David

Tomado de: https://santiagoandresgomez.wordpress.com/2022/11/08/david-betancourt-comenta-maldades-una-historia-de-medellin/


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